"Galileo en el País de las Maravillas"

Ese es el título del próximo documental que junto a Donatella Macola realizaremos sobre la obra de Enrique Medina (GALILEO) , se lo comuniqué a Galileo e inmediatamente lo adoptó para su muestra, pero para aclarar el porqué del título recordemos lo siguiente :

" Capítulo 1 - EN LA MADRIGUERA DEL CONEJO
Alicia empezaba ya a cansarse de estar sentada con su hermana a la orilla del río, sin tener nada que hacer: había echado un par de ojeadas al libro que su hermana estaba leyendo, pero no tenía dibujos ni diálogos. «¿Y de qué sirve un libro sin dibujos ni diálogos?», se preguntaba Alicia"...

Así inicia el libro de Carroll (1), y como resulta obvio para quien lo conoce, también para Galileo, sin imágenes y sin charlas, el sentido falta. En otro segmento del libro se narra una situación que en estos años también vivimos en el interior de su refugio, para que la identificación sea mayor, basta con sustituir el nombre de Alicia :

"...Y todo el grupo se agolpó alrededor de Galileo, gritando como locos:
-¡Premios! ¡Premios!
Galileo no sabía qué hacer, y se metió desesperado una mano en el bolsillo, y encontró una caja de confites (por suerte el agua salada no había entrado dentro), y los repartió como premios. Había exactamente un confite para cada uno de ellos."...

y aún más adelante en el Capítulo V, la Oruga pregunta a Galileo:

"-Quién eres tú? Y el niño responde: "Yo... Yo... no ssé muy bien, señor, ahora ... Por lo menos sé quién era cuando me levanté esta mañana, pero me parece que he debido cambiar varias veces desde entonces.

-¿Qué quieres decir con eso? - dijo la Oruga en tono severo. ¡Explícate! -Me temo, señor, no poder explicarme a mí mismo -dijo Galileo -porque yo ya no ssoy yo, ¿ve usted?."


Y en la conclusión del libro :

"...Y pensó que Galileo conservaría, a lo largo de los años, el mismo corazón sencillo y entusiasta de su niñez, y que reuniría a su alrededor a otros chiquillos, y haría brillar los ojos de los pequeños al contarles un cuento extraño, quizás este mismo sueño del País de las Maravillas que había tenido años atrás; y que Galileo sentiría las pequeñas tristezas y se alegraría con los ingenuos goces de los chiquillos, recordando su propia infancia y los felices días del verano.

FIN "


Recordemos que en el libro parafraseado, la protagonista aún no había atravesado el espejo, por lo tanto la percepción de la realidad no está distorsionada ni invertida, está solo acentuada en modo hipersensible, y, como en las obras de Galileo que componen la muestra, la metáfora, la paradoja o el grotesco sirven para mostrar con más elocuencia el mundo que nos rodea, para hablar de personajes y situaciones de nuestra vida cotidiana marplatense y argentina con el sarcasmo y el desprecio que tales personajes y situaciones merecen.

Wald Fulgenzi , Julio 2008.


1- Charles Lutwidge Dodgson era el nombre verdadero de Lewis Carroll, el autor de las Aventuras en el país de las Maravillas de 1865(Alice·s Adventures in Wonderland) y de A través del Espejo en 1871(Through the Looking Glass).
Padeció de insomnios durante toda su existencia y pasaba noches enteras despierto, tratando de descifrar complejos problemas matemáticos. Escribió varios libros sobre la materia y el más interesante de ellos se titula Euclides y sus modernos rivales.





Galileo y su caja de sorpresas

Hace aproximadamente cinco anos, un peluquero de barrio llamado
Galileo, comenzo a sorprender primero a sus clientes y vecinos y mas tarde a la
ciudad toda, al convertir su peluqueria de barrio (de un barrio periférico), en un espacio de arte: el Espacio de Arte Galileo, mas conocido, como "La Peluqueria".

Y este hecho que nacio casi por casualidad (como sucede el amor),
transformo rapidamente el ambito del arte en Mar del Plata. A partir de
entonces, "La Peluqueria" marco la tendencia del arte en la ciudad,
introduciendo cosas que, felizmente en algunos casos (pocos), han sido tomadas
por otros espacios.

Galileo nos fue sorprendiendo con cada nueva muestra que inauguraba y
cada inauguración era un desfile de sorpresas. Y cuando comenzábamos a
preguntamos con que podria ya sorprendemos esta vez, Galileo nos sorprende,
(¡y como!), desnudando al artista innato que hay en su interior.

Y el artista, como el gestor, es provocativo y audaz, pero además,
despiadado. De un cachetazo (la frase es de Osvaldo Pampin), nos cuenta la
historia mas dramática de la Argentina: la decadencia de la cultura popular en la obra "Bailando por un caño", el hambre golpeando al pais y el uso electoralista de la dadiva en "Basta de comedores", el monopolio en los medios de la ciudad en "El virrey de la cultura" (que ganó el reconocimiento del Auditorium durante el apoyo que los artistas Ie dieron a los trabajadores del lugar). En "Paquiño" es el horror del paco destruyendo los cerebros y también aqui, Galileo es directo, certero, sin medias tintas.

En la obra de Galileo, por ahora, no hay "telas", óleos, acrílicos o
pinceles. Si, hay tijeras, pelo, plástico, envases, maniquíes, preservativos,
celulares, serruchos, espejos, diarios, recortes y muchos juguetes, que cobran
vida en este "teatro del absurdo": reflejo de la tragicomedia nacional que Galileo nos muestra con su mirada social y comprometida, con su ojo cínico, audaz, pero también tiemo y directo, satírico, inteligente pero sobre todo, dotado de una gran libertad: otro hermoso "valor" que Galileo nos regala.

El juega con sus personajes y nos invita a jugar, quizás, la quintaesencia
del arte. Pero además y por sobre todo, nos transmite un mensaje.
Y en el arte de estos dias, eso, es casi un milagro.

¡Larga vida al Rey Galileo!

Jose Olarce